El cambio es constante, (no he hecho ningún spoiler, no?) y los objetivos de empresa son cada vez más ambiciosos. Si no queremos perdernos en toda esta marea, la transparencia y la comunicación sincera y clara han de ser nuestro velero. Las organizaciones que priorizan estos valores no solo construyen una cultura de confianza (ya lo comentamos en un post anterior), sino que también logran un alineamiento real entre sus equipos y sus metas estratégicas.
Cuando hablamos de transparencia en un equipo de trabajo, nos referimos a la práctica de compartir información de forma abierta y honesta. Esto significa dar una visión clara de por qué se están tomando ciertas decisiones y cómo afectan al equipo. Hemos de ser conscientes de que la confianza es la base del éxito y para que exista, hemos de sentir que se actúa con integridad y que tenemos un contexto claro para realizar nuestro trabajo.
Por otro lado, comunicar de forma clara aspectos como objetivos generales, cambios estratégicos, misión, visión… no sólo inspira, sino que da un marco de referencia para el desempeño del equipo y permite tomar decisiones informadas. Pero aquí va el reto: Esta comunicación debe ir más allá de una reunión anual o un comunicado general; debe formar parte de una conversación continua donde se compartan no solo los objetivos, sino también los desafíos, ajustes y oportunidades en el camino.
Los cambios organizativos son momentos críticos en los que la comunicación transparente se vuelve aún más relevante. Fusiones, adquisiciones, restructuraciones o cualquier transformación importante en la empresa puede generar incertidumbre en los equipos. La falta de información o, peor aún, la comunicación ambigua o inconsistente, puede crear rumores y tensiones que afecten la motivación, el rendimiento, el sentido de pertenencia y el clima laboral.
Cuando los equipos comprenden los criterios y el proceso detrás de una decisión, es más probable que se comprometan y alineen con la misma. Explicar el “por qué” de las decisiones importantes reduce la incertidumbre y ayuda a los equipos a sentir que son parte de algo más grande.
Una comunicación clara, proactiva y empática durante los procesos de cambio ayuda a reducir la ansiedad, aclara los objetivos de la transición y ofrece un espacio para que las personas expresen sus dudas y preocupaciones.
La comunicación no es un proceso unidireccional. El feedback constante es fundamental para que los equipos sientan que su voz cuenta y que sus contribuciones son valoradas. El leadership debe estar dispuesto a escuchar y adaptar sus estrategias cuando sea necesario, fomentando una cultura de mejora continua donde las personas sientan que pueden compartir sus ideas y preocupaciones sin miedo.
El feedback continuo también permite identificar y abordar problemas antes de que se conviertan en conflictos o se traduzcan en una disminución en el rendimiento. Además, fomenta el crecimiento personal y profesional, ya que proporciona una guía clara sobre cómo mejorar y contribuir de manera más efectiva.
Para que la transparencia sea efectiva en una organización, debe estar respaldada por un modelo de gestión que promueva la confianza y el sentido común.
Un modelo de ese estilo ofrece una estructura práctica para implementar una cultura de comunicación abierta y sincera, y sugiere varios principios fundamentales:
La transparencia y una comunicación sincera y clara son, sin duda, la base de equipos de trabajo saludables y productivos. A través de una comunicación estratégica en cada aspecto del negocio, desde la misión y visión hasta los cambios y objetivos específicos, se puede construir una cultura de confianza y colaboración, motivando a las personas y promoviendo una alineación genuina con los objetivos de la organización.