Mon HR
← volver

Escuchar de verdad (y no solo oír)

Montse Ortega Burgos

Description

Seguro que alguna vez has estado en una conversación donde te das cuenta de que la otra persona no te está escuchando de verdad. A lo mejor asiente con la cabeza o suelta un “claro, claro”, pero notas que su mente está en otro lado. O quizás te ha pasado a ti: alguien te habla y, sin querer, tu cabeza se va a otra parte.

La escucha activa es mucho más que oír palabras. Es estar realmente presente, prestando atención no solo a lo que dice la otra persona, sino también a cómo lo dice y lo que siente.


Y no todas las escuchas son iguales. Dependiendo del nivel de atención que pongas, puedes estar en una de estas categorías:

🔴 Ignorar

Básicamente, no estás escuchando en absoluto. Puede que estés mirando a la otra persona, pero en realidad estás pensando en lo que vas a cenar o revisando mentalmente tu lista de tareas.

🟠 Escucha fingida

Aquí ya hay algo más de intención, pero sigue siendo superficial. Es ese momento en el que asientes con la cabeza y sueltas algún “ajá”, pero en realidad no estás procesando lo que te dicen.

🟡 Escucha selectiva

Escuchas solo lo que te interesa o lo que confirma lo que ya piensas. Es como cuando alguien te cuenta un problema y tú solo te fijas en la parte que te afecta directamente.

🔵 Escucha activa

Aquí empieza lo bueno. No solo prestas atención, sino que te esfuerzas en comprender realmente lo que la otra persona dice. Haces preguntas, muestras interés y te aseguras de entender su punto de vista.

🟢 Escucha empática

No solo entiendes las palabras, sino también las emociones y el contexto detrás de ellas. No se trata solo de entender, sino de conectar con la otra persona.


Cuanto más subas en esta escala, mejor será tu comunicación y tus relaciones, tanto en el trabajo como en tu vida personal.


7 consejos prácticos

Presta atención de verdad

Guarda el móvil, cierra el ordenador y deja de pensar en lo que tienes que hacer después. Céntrate en la persona y en lo que está diciendo, sin adelantarte mentalmente a lo que vas a responder. Si te distraes pensando en tu próxima respuesta, no estarás realmente escuchando.

Demuestra que estás escuchando

Mantén un contacto visual natural y usa tu lenguaje corporal para mostrar interés, como inclinarte un poco hacia adelante o mantener una postura abierta. Evita interrumpir o terminar las frases de la otra persona; deja que se exprese completamente antes de responder.

Asegúrate de haber entendido bien

Parafrasea lo que te han dicho con frases como “Si te he entendido bien, lo que me dices es…” o “Entonces, lo que te preocupa es…” Reformular lo que escuchas no solo ayuda a evitar malentendidos, sino que también hace que la otra persona se sienta comprendida.

Haz preguntas abiertas

En lugar de preguntas que solo permitan respuestas cortas, formula preguntas que inviten a la otra persona a expresarse más, como “¿Cómo te hizo sentir esa situación?” o “¿Qué opciones has considerado?”. Esto facilita que se abra y te brinde más información sobre lo que realmente piensa o siente.

No todas las conversaciones necesitan soluciones

A veces, la otra persona solo necesita desahogarse y no espera consejos ni soluciones inmediatas. Antes de lanzarte a dar recomendaciones, pregunta: “¿Quieres que te ayude a buscar soluciones o solo necesitas que te escuche?”. Aclararlo desde el principio evitará frustraciones y hará que la conversación fluya mejor.

Gestiona tus propios sesgos

Todos tenemos creencias y experiencias que influyen en cómo interpretamos lo que nos dicen. Trata de escuchar sin juzgar ni sacar conclusiones precipitadas. Si algo no te queda claro, en lugar de asumir, pide aclaraciones para asegurarte de que realmente has comprendido el mensaje de la otra persona.

Haz seguimiento

Si alguien te comparte un problema o inquietud, demuestra que realmente te importó retomándolo en otra conversación. Mostrar interés después del primer intercambio refuerza la confianza y hace que la otra persona se sienta valorada.



La escucha activa no solo mejora la comunicación, sino que también fortalece las relaciones y evita malentendidos. En un mundo donde todos quieren hablar, saber escuchar es una habilidad poderosa.

Así que la próxima vez que estés en una conversación, pregúntate: ¿estoy realmente escuchando o solo esperando mi turno para hablar?

¡Pon en práctica estos consejos y verás la diferencia!

Montse Ortega Burgos

2025 © Montse Ortega Burgos · Todos los derechos reservados.