Escucha activa y empatía
Una relación sólida con el equipo se construye sobre la base de la escucha activa y la empatía, ocupes o no una posición de liderazgo. Aquí interviene todo el mundo.
Estas habilidades ayudan a conectar con las personas en un nivel auténtico, fomentan la confianza y facilitan la creación de un entorno de trabajo donde todas las personas se sienten valoradas y comprendidas.
Escucha activa
La escucha activa es mucho más que oír. Es prestar atención de forma consciente y plena, entendiendo lo que te están intentando transmitir, tanto el contenido como las emociones detrás de las palabras. Esto significa estar presente, sin distracciones, y demostrar interés en lo que te están compartiendo. Escuchar de forma activa ayuda a comprender de verdad los desafíos, preocupaciones y aspiraciones de las personas, lo que permite tomar decisiones más informadas y ganar su confianza.
La escucha activa requiere práctica y enfoque para realizarla de manera efectiva. No basta con solo “oír”. Implica comprender, interpretar y responder de manera adecuada en el momento indicado, creando un espacio de comunicación genuino.
- Enfócate completamente en la conversación: La escucha activa comienza con la atención plena. Esto significa dejar a un lado las distracciones como el teléfono, el mail, slack, tareas en curso… o cualquier otro aspecto que pueda desviar la atención. Esto le demuestra a las personas que valoras su tiempo y lo que tienen que decir.
- Evita interrumpir o anticipar respuestas: Un error común es interrumpir con respuestas o soluciones prematuras. Hemos de tener paciencia y dar tiempo a la otra persona para que desarrolle completamente sus ideas. Evita formular mentalmente respuestas antes de que termine de hablar, pon foco en lo que te está diciendo y en comprender a fondo su perspectiva.
- Utiliza la técnica de parafraseo: Parafrasear es una herramienta efectiva para verificar que has entendido bien lo que la persona quiere comunicar. Puedes decir algo como “Entonces, si te entiendo bien, lo que estás diciendo es…” o “Para asegurarme de que comprendo, ¿me estás diciendo que…?”. Esto, además, también permite aclarar posibles malentendidos.
- Observa el lenguaje corporal y las emociones: El lenguaje corporal dice muchísimo sobre cómo se siente una persona. Presta atención a estos elementos para captar el mensaje completo, no solo lo que se dice en palabras. Si percibes tensión o incomodidad, puedes preguntar amablemente si hay algo más que le gustaría compartir o si tiene alguna preocupación adicional.
- Realiza preguntas abiertas: Las preguntas abiertas son excelentes para profundizar en una conversación. En lugar de preguntar “¿Estás bien con esto?” (que se puede responder con un sí o no), podrías preguntar “¿Cómo te sientes respecto a esta situación?” o “¿Qué es lo que más te preocupa sobre esto?”. Esto invita a la persona a expresarse más y proporciona una comprensión más completa de su perspectiva.
- Reconoce y valida las emociones sin juzgar: Validar emociones no significa estar de acuerdo, sino reconocer que sus sentimientos son legítimos. Comentarios como “Entiendo que esto pueda ser frustrante” o “Parece que esto es realmente importante para ti” ayudan a crear un ambiente seguro y empático.
- Ofrece feedback sincero: Una vez que la persona ha terminado de expresarse y has comprendido su punto de vista, ofrece feedback constructivo si es necesario, o simplemente agradece la honestidad con la que compartió sus pensamientos. La escucha activa no siempre implica responder o resolver de inmediato. Muchas veces, un “Gracias por compartir esto conmigo” es suficiente para reforzar la confianza y fomentar futuras conversaciones abiertas.
- Asegura un seguimiento posterior: Si se trata de una conversación que requiere algún tipo de acción o respuesta, asegúrate de dar seguimiento. Esto refuerza el compromiso y muestra que realmente valoraste la conversación.
Empatía
La empatía no es sentir lo mismo que siente la otra persona. Es la intención de COMPRENDER su estado emocional. Es cuando somos conscientes de ello que estamos en mejor posición para construir relaciones sólidas y comprender el impacto que nuestras decisiones pueden tener, en este caso, en el equipo.
- Muestra interés en el bienestar de los demás: Pregunta al equipo sobre cómo se sienten o cómo están gestionando sus tareas puede marcar una gran diferencia. Sentirán que se les tiene en cuenta y se les valora más allá de su aportación laboral.
- Se accesible y crea espacios de libertad: La empatía incluye brindar un espacio seguro donde cada persona pueda comunicarse con honestidad y sentirse escuchada. Fomentar una cultura donde el equipo se sienta libre para expresar sus ideas, dudas o preocupaciones sin temor a represalias es vital. Este tipo de apertura fortalece la confianza y mejora el ambiente laboral.
Prácticas clave para fomentar la escucha activa y la empatía
- Dedicar tiempo a conversaciones 1:1: Organiza reuniones regulares en las que cada persona del equipo pueda hablar libremente sobre su trabajo, sus inquietudes y su desarrollo son fundamentales.
- Practicar la paciencia y la tolerancia: Cada persona tiene su propio ritmo y forma de expresarse. Se paciente y da tiempo para que comunique sus pensamientos de manera completa y a su ritmo.
- Solicitar y aceptar feedback: La escucha activa y la empatía no solo se aplican cuando alguien te expresa que necesita algo, sino también cuando pides retroalimentación sobre tu propio desempeño.
Beneficios
Cuando se practica la escucha activa y la empatía se logra establecer un ambiente de trabajo en el que la comunicación fluye naturalmente. Esto se traduce en una serie de beneficios clave:
- Aumento de la confianza y del sentido de pertenencia: Los equipos que se sienten escuchados y comprendidos tienden a desarrollar un mayor compromiso.
- Mejora en la resolución de conflictos: La escucha activa y la empatía facilitan la identificación de problemas antes de que escalen, lo que permite resolver conflictos de manera más rápida y efectiva.
- Mayor colaboración y creatividad: Cuando las personas sienten que sus opiniones son valoradas, están más dispuestas a compartir ideas y colaborar, lo que fomenta la innovación y la creatividad en el equipo.
- Reducción del estrés y la rotación: Un entorno donde se valoran las necesidades emocionales y psicológicas del equipo contribuye a reducir el estrés laboral y, en consecuencia, la rotación de personal.
La escucha activa y la empatía son habilidades fundamentales a la hora de crear un equipo unido, motivado y eficaz. Son prácticas que requieren tiempo y esfuerzo, pero los beneficios que aportan a la cultura y al rendimiento valen cada segundo invertido. A través de estas prácticas, se pueden fortalecer las relaciones, fomentar una cultura de confianza y lograr un impacto positivo en la vida de cada persona.